sábado, 21 de mayo de 2011

Algo que se siente, pero no se explica.

Hay cosas y cosas que se piensan pero no se pueden explicar y eso nos carcome por dentro. Por si fuera poco, somos adolescentes; tenemos una vida social muy estricta que nos impone la sociedad pero de eso tenemos nosotros la culpa; ir al instituto: examenes, trabajos, exposiciones; hacer caso a nuestros padres; no beber; no fumar y no drogarte, con lo que estoy de acuerdo; clases extra...

Yo tengo una frase, "si todo lo que tienes que hacer en la vida no te mata, te matará el estrés"

En mi persona esta a punto de cumplirse. No se como expresar lo que siento ya que es la primera vez que lo siento, pero puedo asegurar que no pasare ni un mes más sin romper a llorar delante de todo el mundo y eso no seria nada "elegante" como suele decir la sociedad, la cultura o no se quien...

Quizá sea que los años me están cambiando. tengo 17 años y 7 meses, es decir que estoy a punto de cumplir los 18 y posiblemente no me pase a mi sola, pero un día cuando te levantas, vas a la cocina, desayunas, te lavas los dientes, te pones la ropa y esperas hasta que es la hora de irte al instituto y piensas en todo lo malo y bueno que has hecho en el pasado, todos los favores y a los amigos que ya no ves, las escapadas por la noche o cuando llegabas después de la hora fijada; y sientes como tu vida se vuelve cada vez un poco más del revés cuando tu cuerpo cambia sin que tu le des permiso, solo piensas que eres la única que tiene esos pensamientos.

Estas semanas he estado más de allá' que de acá', lo que quiere decir que no he estado muy centrada. He confesado secretos que nunca pensé que diría y solo, solo he llorado una vez. No es que me considere una persona valiente ni dura ni de a las que no les afecta nada, pero ¿sino soy valiente, dura y un poco ajena a los demás, quién lo sera por mí? Creo que nadie, así que lo que toca es ser de esa manera y si alguien me dice "no entiendo como puedes ser así", le contesto "si creo que algo será bueno y luego es malo me lamentaré y no tendré buena perspectiva, pero si creo que algo será malo y sale que es malo estaré más preparada para asumirlo y sabré que al menos tengo un poco más de posibilidades, porque no es peor de lo que había pensado"

Todavía hay un montón de pensamientos que quiero contar, un millón de recuerdos que repasar y una vida que estudiar así que espero que al menos esta parte os haya servido de algo.

Una muerte vivida.

Cuando estás a punto de morir no piensas en lo que hay después, sino en la vida que has perdido, aunque la estuvieras viviendo en el mismo momento en el que empezabas a vivirla.
Aunque no lo creáis, piensas en como vivirán los demás sin ti, ya sé que es egoísta, pero es así.
En mi opinión la muerte no es nada más que otro paso en la vida. No sé si habrá vida después de la muerte, pero lo que sí sé es que lo que más anhelas cuando estas dando el último suspiro que la vida te brinda es el amor de una madre que este apoyándote en ese momento, el apretón de manos que te da tu padre, las dulces risas de tus hermanos pequeños, los gritos y peleas de tu hermana mayor, y los amigos, esos que te hacen reír, llorar, gritar, saltar de alegría, también a ellos los echas de menos. Echas tanto en falta todo eso como cuando maduras y recuerdas todos los momentos felices de tu niñez, en los que no hacías más que vivir el presente sin pensar en el futuro ni recordar el pasado.
No puedo decir que estoy muerta, porque sino no estaría escribiendo esto, pero aunque no lo recuerde, puedo atestiguar que eso es lo que se siente.

miércoles, 26 de enero de 2011

Penique marrón.

Susurre "aun soy joven" y luego "ya soy mayor",
entonces rodé un penique para averiguar si debía amar.
Corre y ama, corre y ama doncel si la dama es bella y joven.
Oh penique marrón, penique marrón, penique,
enredado estoy entre los enredos de su cabello.

Cuan complejo es el amor, nadie hay lo bastante sabio para leer
en sus labios.

Viviría pensando en el amor hasta que las estrellas
desaparecieran y las sombras a la luna engulleran.
Oh penique marrón, penique marrón, penique,
nunca es demasiado pronto para el amor.

William Batler Yeats.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuando sientas...


Cuando sientas que tu corazón se acelera
que el alma se te frisa
que tu mente se congela
que todo tu mundo da vueltas
que tu cuerpo se eriza
que el sueño se despierta
que la gente no te altera
que la vida es ligera
que le universo estático se queda.

Entonses buscale, llamale y encuentrale
porque sentiras su presencia.

Cuando le sientas...

viernes, 23 de abril de 2010

En Compañía.



Había subido las escaleras lo más rápido que pude; estaba sofocada, cansada, sin fuerzas, casi no podía mantenerme en pie.

Cogí las lleves de mi bolso, abrí la puerta tan deprisa que no me di cuenta del monto en el que había entrado en casa.

Tan pronto como volví en sí, pero aún muy nerviosa, me di cuenta de que tenía toda la camisa blanca manchada de sangre.

No sabía si alguien me había visto en aquella calle oscura, tan solo iluminada por la noche. No sabía si me habían sequido; Lo que sí sabía, era que estaba metida en un buen lío.

De pronto sonó el timbre.

Sentí cómo mi corazón palpitaba detrás de mis orejas, cómo me ponía colorada como un tomate, cómo mi cuerpo temblaba como un títere. Rápidamente me eché hacia atrás y choqué con una mesilla de cristal donde se cayeron unas velas.

El timbre volvió a sonar...

Me ponía más nerviosa. Sabía y daba por seguro que era alquien que me había visto. Esa noche sabía que iba a morir.

De pronto se oyeron unos golpes en la puerta y un hombre gritaba:

-¡Abra la puerta, abra la puerta!

Al oír esta voz me aturdió mucho más de lo que estaba y mi corazón... no creía que iba a soportar mucho más.

Sentí cómo algo metálico chocaba con la cerradura. La estaba forzando. No podía hacer nada, estaba perpleja, paralizada, sin ánima en el cuerpo...

Se abrió la la puerta, entró, se acercó, pero no le ví la cara, tenía los ojos llenos de lágrimas por el pánico.

Cuando las lágrimas ya habían caído, me di cuenta de que no era nadie más que mi novio.

Me abrazó y yo a él, como si fuera el último día que lo hiciese.

En ese momento sentí que estaba segura, a salvo, él estaba conmigo.

Volverán las oscuras golondrinas...


Por el día del LIBRO y para todos aquellos que les apasionen los POEMAS...


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales
jugando llamarán;
pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquéllas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate:
¡así no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer.

martes, 20 de abril de 2010